lunes, 26 de julio de 2010

Efecto Invernadero: Divididos en Rosario

Quién podría decir que la espera no vale la pena después del show. Quién podría decir que 8 años sin material discográfico fueron mucho. Siempre está la excepción a la regla. Pero después de este sábado, seguramente, las miradas hayan cambiado. Divididos sembró en un lugar más de nuestro país su “Amapola del 66”. Y vaya que floreció.

Muchos fueron reácidos al lugar donde se presentaban, el Metropolitano. Fuera por contexto, pensamiento, el lugar físico en sí, entre otras. Pero la energía que se condensó dentro del salón dejó pasmados a más de uno. Con atmósferas tranquilas y turbulentas a la vez. La marea subía a medida que la noche se desarrollaba. Todo era una cadena, que a través de sus eslabones, fueron llevando al público a otro lugar.

Con más de 4.500 personas; de chaleco negro y remera roja, se hace sólida la imagen del guitarrista Ricardo Mollo en el escenario, seguido de Diego Arnedo de campera negra y rayas blancas, y un Catriel Ciavarella con camisa blanca. Así abordaron a la nave los Divididos. No hubo mucho tiempo para las explicaciones. Disculpas por el tiempo transcurrido ‘y a darle átomos’ al cosmos. “Hombres en U, Buscando un Ángel, Mantecoso y Muerto a Laburar”.

Luego, bajaron un poco los decibeles y empezaron a aparecer los invitados. “Vientito del Tucumán”, “Par mil”, la espectacular “Avanzando Retroceden” en la voz del Cóndor Arnedo, junto con la jujeña, luthier e instrumentista Micaela Chaurque, “La Flor Azul”, Guanuqueando (con la presencia de la banda del folclorista jujeño Ricardo Vilca).

A continuación, y para los que querían power, Boyar Nocturno con el rosarino Facundo Nardone en la guitarra steel. Siguieron “Senderos, Jujuy, Caminando”; para desembarcar nuevamente en el canto a los pueblos originarios y toda la tradición que nace de las raíces: “Cristófolo Cacarnú e Indio dejá el Mezcal”, con la presencia de Rubén Patagonia en la voz, que en momentos parecía haber mutado en Ricardo Iorio. Todo culminó con una versión del himno “Mañana en el Abasto”, con el músico Fortunato Ramos, y nuevamente, Micaela Chaurque.

A cambiar la guitarra y a prepararse: “Perro Funk, Sucio y Desprolijo, Rasputín, hey jude (empuñando Mollo una guitarra creada por un luthier rosarino), Paraguay, El 38 y Ala Delta”. Para ponerle el moño final a la noche la canción que le da nombre al disco, “Amapola del 66”, haciendo mención y en dedicatoria para Gustavo Cerati. Cuando parecía todo terminado y sin bis, decidieron ponerle la frutilla al postre: la arrolladora “Nextweek”.

Pasó más de un año para que “la aplanadora del rock”, retorne a nuestra ciudad para presentarse con un show único, que será recordado por todos los ‘santos en remera’ de la ciudad y sus alrededores. Una “Amapola del 66” que florece en cualquier época del año y lugar, no importan las condiciones climáticas, ni de suelo, ni nada. Todo se traduce en el sentir del momento.

Un dato más. Para los que se quedaron con las ganas, no desesperen. Como dijo Ricardo: “hasta el verano en el anfiteatro”.

Fuente foto: rosariorock.com

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