"La fábrica", un libro de cómics argentinos que reúne siete historias de traición, mentira y crimen ilustradas por distintos dibujantes es la nueva creación de Alejandro Farías, basada en un cuento del escritor Jorge Accame.
El libro editado por Loco Rabia y el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) es una antología de siete guiones dibujados por Carlos Aón, Rodrigo Terranova, Karlo Lottersberger, Pablo Vigo, Matías San Juan, Marcos Vergara y Leo Sandler.
"Quería taparla con algo", la sórdida historia de amor que Accame sitúa en uno taller ferroviario donde obreros grasientos deliberan a golpes si violar o dejar ir a una mujer con desórdenes mentales que se perdió en el lugar es el disparador de este trabajo.
El cuento le llamó la atención a Farías porque "era buenísimo para trabajar en formato de cómic", dice el escritor. Apenas terminó el primer guión, rememora, "me di cuenta de que todo el ambiente podía ser esa fábrica, por eso ubiqué el resto de los relatos en escenarios parecidos". "Lo que me parecía súper interesante es que los personajes eran animales y eso era bueno para los dibujantes, muy creativo, pero además me permitía jugar con la idea de que los empleados de esas fábricas estaban animalizados", asegura.
Así empezó a desarrollar contradicciones, "esto de que el trabajo no dignifica sino que embrutece -pone como ejemplo- Fijate que los únicos humanos son hombres que ocupan cargos altos o mujeres que están fuera de ciertos espacios laborales". "Todo eso contribuyó a la atmósfera general del cómic", asegura Farías. Un clima denso y sucio que se cuela en el resto de las historias e incluye una adaptación de "Les miserables", interpretada por topos peinados con gel, comadrejas punks, ratones que apuestan al póker y un simio mandamás que fuma habanos.
Los ambientes violentos y desolados se repiten en "El elegido", "Tinieblas", "Día de pago" y "Como una película en blanco y negro", una tragedia romántica donde la heroína pierde a su gran amor -un narco corpulento y paternal al borde del retiro- asesinado por su hermano, la hiena.
Sin embargo Farías dice que como autor le gusta variar, por eso ahora está trabajando con otra antología pero de historias de amor urbanas, "se va a llamar `Mi Buenos Aires querido`, como el tango", anticipa. "Va a ser algo tipo el filme `París je t`aime` pero en versión historieta", agrega, quince historias que ocurren en distintos lugares de la ciudad.
Loco Rabia es una joven firma creada por Farías y el dibujante Marcos para editar la producción de historietistas contemporáneos consagrados e independientes. Desde la escritura, el dibujo y la lectura como instrumentos de libre ejercicio del pensamiento y la imaginación, la editorial abrió un espacio a artistas nacionales y extranjeros, de la mano de otras pequeñas editoriales como Llanto de Mudo, de Córdoba; la platense Ex-Abrupto y las uruguayas Guacho! y Burlesque.
Ocurre que "para las editoriales pequeñas es muy difícil editar cada libro, porque se tarda entre año y año y medio en recuperar la inversión", señala Farías. Por eso "una de las estrategias es juntar fuerzas entre varios, unificar esfuerzos no sólo con el objetivo de lograr las impresiones, sino para facilitarnos la publicidad y la distribución de historietas", explica.
Esta estrategia dio varios buenos productos, como las recientes coediciones de "Bastonazos de ciego", "Acero líquido" y la personal "La fábrica": "un escenario posible para practicar el contraste entre encierro y libertad, duelo y reconciliación; o la convivencia entre especulación y lealtad, tal como lo resume la contratapa del libro", concluye Farías.
Fuente: Telam
El libro editado por Loco Rabia y el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) es una antología de siete guiones dibujados por Carlos Aón, Rodrigo Terranova, Karlo Lottersberger, Pablo Vigo, Matías San Juan, Marcos Vergara y Leo Sandler.
"Quería taparla con algo", la sórdida historia de amor que Accame sitúa en uno taller ferroviario donde obreros grasientos deliberan a golpes si violar o dejar ir a una mujer con desórdenes mentales que se perdió en el lugar es el disparador de este trabajo.
El cuento le llamó la atención a Farías porque "era buenísimo para trabajar en formato de cómic", dice el escritor. Apenas terminó el primer guión, rememora, "me di cuenta de que todo el ambiente podía ser esa fábrica, por eso ubiqué el resto de los relatos en escenarios parecidos". "Lo que me parecía súper interesante es que los personajes eran animales y eso era bueno para los dibujantes, muy creativo, pero además me permitía jugar con la idea de que los empleados de esas fábricas estaban animalizados", asegura.
Así empezó a desarrollar contradicciones, "esto de que el trabajo no dignifica sino que embrutece -pone como ejemplo- Fijate que los únicos humanos son hombres que ocupan cargos altos o mujeres que están fuera de ciertos espacios laborales". "Todo eso contribuyó a la atmósfera general del cómic", asegura Farías. Un clima denso y sucio que se cuela en el resto de las historias e incluye una adaptación de "Les miserables", interpretada por topos peinados con gel, comadrejas punks, ratones que apuestan al póker y un simio mandamás que fuma habanos.
Los ambientes violentos y desolados se repiten en "El elegido", "Tinieblas", "Día de pago" y "Como una película en blanco y negro", una tragedia romántica donde la heroína pierde a su gran amor -un narco corpulento y paternal al borde del retiro- asesinado por su hermano, la hiena.
Sin embargo Farías dice que como autor le gusta variar, por eso ahora está trabajando con otra antología pero de historias de amor urbanas, "se va a llamar `Mi Buenos Aires querido`, como el tango", anticipa. "Va a ser algo tipo el filme `París je t`aime` pero en versión historieta", agrega, quince historias que ocurren en distintos lugares de la ciudad.
Loco Rabia es una joven firma creada por Farías y el dibujante Marcos para editar la producción de historietistas contemporáneos consagrados e independientes. Desde la escritura, el dibujo y la lectura como instrumentos de libre ejercicio del pensamiento y la imaginación, la editorial abrió un espacio a artistas nacionales y extranjeros, de la mano de otras pequeñas editoriales como Llanto de Mudo, de Córdoba; la platense Ex-Abrupto y las uruguayas Guacho! y Burlesque.
Ocurre que "para las editoriales pequeñas es muy difícil editar cada libro, porque se tarda entre año y año y medio en recuperar la inversión", señala Farías. Por eso "una de las estrategias es juntar fuerzas entre varios, unificar esfuerzos no sólo con el objetivo de lograr las impresiones, sino para facilitarnos la publicidad y la distribución de historietas", explica.
Esta estrategia dio varios buenos productos, como las recientes coediciones de "Bastonazos de ciego", "Acero líquido" y la personal "La fábrica": "un escenario posible para practicar el contraste entre encierro y libertad, duelo y reconciliación; o la convivencia entre especulación y lealtad, tal como lo resume la contratapa del libro", concluye Farías.
Fuente: Telam
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